Santiago: Frente a cualquiera de las enfermedades en la vida existen posturas diferentes, y
precisamente hay una interesante, revolucionaria para mí, la presenta María Andrea Hernández, psicóloga y psicoterapeuta, magíster en terapia breve estratégica, formada en Italia con Giorgio Nardone, creador de esta técnica, especialista en trastornos de ansiedad, miedos, fobias, obsesiones y trastornos alimenticios. Doctora Hernández, ¿cuál es la postura especifica del origen de la anorexia en los pacientes?

María Andrea.- La anorexia empieza por una abstinencia con la comida, que generalmente se da por tratar de seguir cánones de belleza de querer estar flacos. Esto, repetido en el tiempo, se vuelve un hipercontrol que los pacientes van adquiriendo y después no pueden renunciar a él porque les genera placer; sienten que al abstenerse a las tentaciones son más fuertes que el resto de las personas. A su vez, la abstinencia va generando un efecto psicológico que también le da placer al paciente, entonces, la paradoja es que le tienen mucho miedo a la comida pero al mismo tiempo les gustaría poder hacerlo, les da placer abstenerse y este autocontrol se desplaza a las relaciones, a los pasatiempos que han tenido, a los placeres en familia, digamos que de poco a poco se abstienen del placer general.

Santiago.- Es un placer por no tener placer, ¿y cómo se maneja esto? ¿Cuál es la propuesta que
tiene la terapia breve estratégica?

María Andrea.- Nosotros trabajamos en un primer momento con los jóvenes en ayudarles a
saber qué se están comiendo en términos de calorías. En una primera sesión, como estos
pacientes tienen una especie de lentes deformados en donde no solo se ven más gordos a sí
mismos, sino que también ven más grandes los platos de comida, empezamos a contar con
ellos las calorías que ingieren para conducirlos inevitablemente a un cambio.

Por otro lado, introducimos el miedo mayor, en donde les decimos que si continúan así,
bajando de peso, sin comer lo que deberían, serán hospitalizados, les pondrán una sonda que
los inflará con comida predigerida además de ingerir entre dos mil y tres mil calorías; pueden
escoger esta vía, o permitir que con el tratamiento de la terapia breve estratégica los llevemos gradualmente a que tengan el control, vayan escogiendo desde la primera sesión aquello que están dispuestos a hacer, y elijan un menú que se empieza a instaurar desde la primera sesión.

Más adelante, cuando el paciente ya no está en un peso riesgoso, empezamos a tratar de
incorporarlo de nuevo en la sociedad, recuperar el ámbito social y familiar.
Cuando llega una persona joven con anorexia se hace un trabajo sistémico en el ámbito
familiar, en el que interrumpimos todas esas soluciones intentadas por la familia cuando le
dicen que tienen que comer más, le ponen en el plato comida para que la ingiera obligada,
cuando no la dejan ir al baño si tiene métodos de eliminación. Nosotros bloqueamos todas
esas soluciones porque, aunque son hechas con las mejores intenciones, producen los efectos
opuestos.

Santiago.- ¿Qué se espera y qué se logra con este método?

María Andrea.- Se espera que el paciente empiece a ganar peso después de unas cuatro o cinco sesiones, según si se encuentra o no en un peso riesgoso; esto puede darse los primeros
tres a cuatro meses.

Ya que la idea es no perder el control, se va muy despacio y se espera que de seis meses a un
año la persona no solo haya recuperado el peso, sino que haya perdido ese miedo intenso a
no tener el control sobre la comida, los menús, las relaciones y todo lo que genera placer y
gusto en la vida; entonces, la persona no solo está comiendo normal al final del proceso, sino
que también vuelve a retomar sus gustos y a reincorporarse en las relaciones, porque también
se ha abstenido en este sentido.

Entrevista transcrita para el libro Sanamente 2 de entrevista radial en el programa Sanamente- Caracol Radio. (Año 2014).